Del pasado a nuestros días
Siluvio nace en una bodega de nueva creación erigida en 2019 y que incorpora la tecnología más puntera,
llevando una tradición centenaria al presente de la mano de los últimos avances
en una apuesta por la regularidad.
“El ánfora guarda siempre el aroma del primer vino que guardó”
Siluvio nace en una bodega de nueva creación erigida en 2019 y que incorpora la tecnología más puntera,
llevando una tradición centenaria al presente de la mano de los últimos avances
en una apuesta por la regularidad.
Anexa a las viñas en las que nace la esencia de Siluvio, se encuentra la bodega en la que los vinos van tomando forma y las uvas recolectadas en el terreno – alvarín blanco y tinto, carrasquín y verdejo negro- se transforman en grandes caldos. Seiscientos metros cuadrados de innovación para actualizar un proceso artesanal y ponerlo al día a través del control exhaustivo de todas las variables, combinando el trato delicado del producto con pioneras técnicas mecánicas.
La actividad se desarrolla en dos alturas. La uva llega a la planta superior tras la vendimia. Allí se enfría, selecciona y se guarda hasta su prensado. En la parte baja reposa en grandes tinas, tomando forma y adquiriendo matices nuevos y únicos que le distinguen de cualquier otro vino creado previamente.